PRUEBA DE ESFUERZO

Llevaba tiempo queriéndome hacer una prueba de esfuerzo.

Tenía mucha curiosidad por saber cómo estaba físicamente, sobre todo ahora que he empezado a entrenar para así posteriormente poder hacerme otra y ver lo que he mejorado.

Pero sobre todo, la importancia de hacérmela a principio de temporada era porque para poder entrenar bien necesitaba saber cuales eran mis zonas de entrenamiento.

La verdad es que si no sabes estas zonas es como entrenar a ciegas, porque si el entrene marca Z1, que es una zona suave de trabajo aeróbico, ¿Cómo puñetas sabes a qué pulsaciones debes de ir si no sabes cuando tu cuerpo pasa de trabajar de forma aeróbica a forma anaeróbica?

Así que importante… hacerme la prueba de esfuerzo para averiguar esto y segundo conseguir una banda de pulsómetro, se acabó eso de… voy por sensaciones…

No digo que por sensaciones no se pueda entrenar, siempre es bueno escuchar tu cuerpo, pero vamos…. en mi caso me he dado cuenta de que mis sensaciones no eran interpretadas de la manera más correcta.

¿Pero en qué consiste la famosa prueba de esfuerzo?

Lo primero que se hace es una revisión medico-deportiva, con valoración de antecedentes personales, familiares y deportivos. Es decir, que le cuentas un poco tu vida de lo que haces, etc.

Después te hacen una determinación del % graso por plicometría.   Con una herramienta tipo pinza van “pellizcándote” en ciertas zonas para sacar esos porcentajes de grasa.

Luego viene la revisión médica en especial del aparato cardiovascular y locomotor con electrocardiograma en reposo.   (resumido: Te llenan de cables y te hacen un electro)

Y después va lo divertido, ponerte a correr hasta que “petes”, jajajjaa. o técnicamente llamado, Test de esfuerzo de tipo deportivo.

Consiste en correr sobre una cinta (si has elegido esta opción, también se puede hacer en bici) lleno de cables y con una máscara para determinar los gases, el consumo máximo de oxígeno y umbrales ventilatorios.

De esta manera te sacan las intensidades óptimas para el entrenamiento.

Suena tan interesante como lo es. 🙂

Recomiendan no hacer entrenamientos intensos los dos días previos ni haber competido, así que yo decidí descansar totalmente esos dos días para ir lo más descansada posible.

Le dije a Idoia que si quería venir a ver como me hacían la prueba y ver en qué consistía, y así de paso podría hacerme las fotos y me dijo que sí  .  Graciasssss!!!! Son chulísimas 😀

Allí estaba el viernes pasado dispuesta a ver dónde estaba mi límite, dispuesta a “morir”.

¡¡¡Qué miedoooorrr!!!

Estaba un poco nerviosa, no sabía lo que iba a ser eso de ponerme hasta no poder más, y la verdad es que después de acabar la prueba me di cuenta de que no había sido para tanto, esa sensación la había vivido muchas veces compitiendo,  sin ir más lejos, los últimos 3 domingos en la 10k, en el Trail de Perenxisa y en el Trail de L´Alcudia de Crespins donde lo había dado todo. jajajjaa.

Cuando me pusieron la máscara no sabía si podría aguantar mucho tiempo respirando con eso, la sensación para mí era un poco de agobio, pero cuando llevas un ratito la verdad es que se te pasa.

Después de ponerme todos los cables, etc. pensé que correr con eso sería un poco aparatoso, y un poco lo fue, pero también menos de lo que esperaba.

Empezamos con un calentamiento en la cinta, uuuffff, ya estoy cansada, la que me espera… jajajajajajaa.

Era la hora de la verdad, sin tonterías, ya había calentado y tocaba esforzarse para hacerlo lo mejor posible.

Comenzamos con una intensidad muy baja que poco a poco iba aumentando hasta llegar el momento que tuviera que decir basta si no quería irme al suelo.  Es decir, el momento en el que me rendiría levantando la mano.

Seguro que todos deseamos que no llegue ese momento cuando estamos ahí, pero sabemos que va a llegar, así que lo único que podía esperar es que llegase ese momento lo más tarde posible.

Mientras corría en la cinta frente a un espejo iba viendo cómo mi cuerpo iba poniéndose como un tomate por momentos y las venas de la frente (que no me las había visto en la vida) se iban hinchando hasta parecer que iban a explotar.

El cuerpo empezaba a sudar, sentía un inmenso calor por dentro, buff….

Llegó el momento en el que sentía que ya no cogía más aire y que empezaba a ahogarme, tocaba levantar la mano o acabaría en la camilla de atrás.

Fue un alivio parar, y hasta que no pasó un poquito sentía que me seguía faltando aire.

Me pincharon en la oreja nada más acabar y después de la recuperación para sacarme la cantidad de ácido láctico generado para analizar después.

Mi primera sorpresa fue que me dieron los resultados esa misma tarde, la segunda fue los resultados y la tercera la noticia de que tengo muy cortos los isquiotibiales y que como no lleve cuidado al final los romperé. (ya decía yo que de normal se me cargan y que siempre que hacía series me dolían mucho al acabar,  hay que estirar mássss!!!!)

En cuanto a los resultados el resumen es sencillo, hasta ahora he estado entrenando como el cul….

Y es lo que decía al principio, podemos creer o intuir nuestras zonas, pero no las podemos saber por infusión del espítiru santo.

Después de esta prueba me di cuenta de que hasta los calentamientos en los entrenes los estaba haciendo en la zona que no tocaba.

¡Con lo contenta que yo estaba y lo bien que me estaba sintiendo!

Y es que no se trata de entrenar rápido si no de entrenar bien.

La mayoría creemos que por hacer los entrenes con ritmos rápidos somos unas máquinas y lo hacemos genial, pero no es así y me lo dejaron bastante clarinete.

Me dijo, a largo plazo no te va a servir para nada y no vas a mejorar.

Reconozco que salí triste de la prueba, fue un bofetón de realidad, yo esperaba una palmadita en la espalda, un vas por el buen camino, lo estás haciendo muy bien… no sé… algo para sentirme orgullosa… pero no.

Me subo muy rápido de pulsaciones, así que me toca empezar de “cero”, aguantar los caballos y bajar las intensidades. Más vale tarde que nunca.

Si eso es lo que hay que hacer tendré paciencia y así se hará,.

Ahora a ver si me llega la banda de pulsómetro que compré por internet que ya está tardando y tengo ganas de estrenarla 😛

En definitiva, estoy súper contenta de haberme hecho la prueba, es bueno saber si te estás equivocando para poder poner solución, por eso la prueba de esfuerzo la recomiendo totalmente (que sepáis que no me llevo comisión por esto, ojalá, porque la vendería muy bien :D)

Si a alguien le interesa yo me la hice en el Policlínico 4 con Luis García del Moral.
Hay que llamar al 962 56 57 60. El Policlínico está en Plaza Legión Española nº 13, al lado de Viveros.

Un beso y espero que este post sirva para concienciar un poco. ¡Hay que entrenar bien!

#happy

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