Cuando nos encontramos en un estado donde no nos gusta estar debemos cambiar “cosas”.
Esas “cosas” pueden ser son los comportamientos, capacidades, creencias, valores, e incluso a veces la identidad.
Pero no todo el mundo está preparado para hacer coaching, si no lo has hecho aún te recomiendo que leas antes el post Cómo saber si estás preparado para el coaching.
Para conseguir resultados en un proceso de coaching el cliente (coachee) debe cumplir una serie de premisas:
- Disposición y actitud de aprendizaje.
- Actitud de poder poner encima de la mesa las creencias y valores actuales para explorarlos y analizarlos para poder cuestionarlos, sin juzgar.
- Comprometerse en el proceso y el cambio. Tener bien claro que los resultados llegan poco a poco y no son inmediatos.
- Querer cambiar.
- Ser inconformista. No conformarse con la situación actual para buscar una deseada e ir a por ella.
- Ver la vida como una oportunidad. Entender que las cosas que nos ocurren son el resultado de nuestras decisiones. Creer que nada va a cambiar invalida el proceso de coaching.
Si el coach detecta que el coachee no está preparado para el proceso de coaching, se lo dirá al cliente y desestimará hacerle el proceso que no llevaría a ninguna parte.
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