Ayer 150 personas murieron en un trágico accidente de avión en los Alpes.
Es increíble como de repente se puede pasar de estar vivo a muerto, sí, suena duro, pero es así.
Mueres y todo se acaba (al menos en la tierra, lo que hay después no lo sé).
Ya no volverás a reír, a amar, emocionarte, … en definitiva, a disfrutar de la vida. (si es que lo estabas haciendo…)
Una vez aprendí el “error” o “matiz” a tener en cuenta de la frase ¿Cuántos años tienes? (igual lo comenté ya en otro post, si es así lo siento pero lo repito)
Cuando me hacen esa pregunta me es inevitable recordar esa reflexión que me enseñaron en la homilía de una misa en 1997.
A esa pregunta todos respondemos los años que llevamos vividos. ¿Pero realmente los tenemos?
Yo soy de 1980, ahora mismo “tengo” 34 años, pero… ¿los tengo?
En mi opinión han quedado parte del pasado y lo que en verdad tengo es una incógnita.
Supuestamente tenemos una vida por delante, es lo que nos suelen decir.
Seguro que alguna vez te han dicho… aún tienes toda la vida por delante ¿tú te lo crees? yo no.
Vivimos creyendo que siempre habrá un mañana, nos equivocamos, acabará algún día, ese mañana nunca llegará.
No solemos pararnos a pensar en si serán décadas, años, minutos o incluso segundos, porque si lo hiciéramos seguro que cambiaríamos muchas cosas de nuestras vidas e igual “no interesa”.
Pero si quieres cambiar algo hay una buena noticia, y es que podemos hacerlo ¡¡ya!!, hagamos lo que nos gusta y nos hace felices.
Abajo os dejo un vídeo para reflexionar y que me ha hecho recordar el día que más cerca sentí la muerte.
Fue un fin de semana surrealista donde a mi pareja y a mí nos pasó de todo.
El remate fue un accidente de coche donde un conductor con una alta tasa de alcoholemia en un Audi A5 nos empotró en una curva en Chera al invadir nuestro carril. No lo olvidaré jamás.
Todo pasó muy deprisa, pero lo suficiente para ver el coche de frente al girar, agarrar el volante con fuerza para prepararme para el golpe, pensar que iba a morir y cerrar los ojos asumiendo que era un adiós.
Íbamos en un smart y el coche salió lanzado hacia atrás, por suerte desviado hacia la parte de la montaña que lo frenó.
Debí perder la conciencia por unos segundos y al abrir los ojos tenía un fuerte dolor de cara, creía que la tenía completamente desfigurada del dolor que sentía.
Entre el polvo del airbag escuchaba una voz que me preguntaba, ¿estás bien? ¿estás bien? y yo no sabía bien que contestar, apenas estaba reaccionando.
Tardé un pelín en decir, sí, estoy bien, y es que independientemente de como estuviera mi cuerpo bien estaba sí podía contestar a la pregunta, señal era de que seguía viva.
Le pregunté entonces a ella, no estaba mejor que yo, se bajó del coche y se tiró a la cuneta con una brecha en la cabeza y la rodilla bastante mal.
Yo estaba intacta, al verle se me fueron todos los dolores de cara y del pecho por el cinturón de seguridad.
En definitiva, ese día me sentí con un gran subidón de haber sobrevivido al accidente, como si fuera superwoman y no analicé ni pensé en lo que podía haber perdido, sólo pensaba en que estaba viva (aunque igual mi padre me mataba cuando se enterase que le había dejado el coche en siniestro total. jejeje)
Bromas a parte, los días posteriores fue cuando asimilé lo sucedido y cuando eché a llorar, había estado cerca de no poder contarlo y fui consciente de todo lo que hubiera perdido.
A lo que quiero llegar es que saqué conclusiones como las que Ric Elias trasmite en este vídeo y que os invito a que lo veáis.
Todo cambia en un instante, no debemos perder el tiempo en tonterías sin importancia y es verdad, morir no da miedo, da tristeza por lo que quisimos hacer un día y nunca hicimos.
Algún día igual me arrepentiré de lo que hice pero no de lo que dejé de hacer. 😉
P.D: Ahora entendéis porque siempre me apunto a todo lo que puedo. jejejeje.
The time is now.
Be happy 😉
Preciosa entrada!!! solo basta con que nos suceden experiencias tan fuertes como la que cuentas para darnos cuenta que no hay que dejar las cosas para mañana…hay que vivir el ahora.
bss
Tania
Gracias Tania 🙂
Ojalá estas reflexiones que siempre nos hacemos cuando vemos noticias o nos suceden cosas graves a nosotros o seres queridos o cercanos, no las dejáramos en el olvido nunca.
Un besazo!!
Para no olvidarnos de esto hay que pensar en ello cada dia. En eso y en muchas cosas mas igual de importantes. Hay que meditar. Hay que dedicar tiempo a la mente y al espíritu. Pero vivimos en un mundo donde se nos incita a todo lo contrario. Es mas fácil adoctrinar y manipular a gente que no piensa…
Bonita entrada calamar. Carpe diem!!