Desde que decidí, o más bien se me despertó el reloj biológico mi vida en el mundo del triatlón y deportivo en general ha tenido un vuelco impresionante.
Exactamente no recuerdo el día, pero sí más o menos cuando me cambió el chip a principios de 2016.
Jamás había querido ser madre biológica, no por no querer ser madre (cosa que sí deseaba), sino porque le tenía pánico al embarazo y a parir, y como mi pareja es mujer, pues pensé que tenía todo solucionado. (Ay!! qué inocente era…) ¡Además! ¿cómo me iba a dejar yo el deporte?
Un día de repente algo cambió en mi cabeza y me hizo tomar consciencia de que el motivo por el que no quería ser madre era un “maldito” miedo y me di cuenta de que mi pensamiento hasta ahora era absurdo, porque estaba permitiendo que un miedo me robara un sueño. ¿Cuántas veces permitimos que los miedos nos roben los sueños?
Y en esta toma de consciencia me di cuenta de que si no intentaba ser madre sólo por miedo me arrepentiría toda mi vida.
Siempre he visto la vida como un regalo, siempre agradezco a mi madre que me tuviera, porque estoy encantada de vivir esta experiencia, ¿Cómo iba yo a negarle este regalo a alguien cuando realmente sí quería?
La decisión de ser madre es personal y no me parece ni mejor ni peor decidir ser madre o no porque nada es mejor que nada, pero en mi caso personal quería aprovechar el hecho de ser mujer y poder obrar este milagro algún día.
El caso es que lo que me tenía preparado la vida para mí lo iba a descubrir cuando empezara a perseguir este sueño de ser madre.
La experiencia que estoy viviendo está llena de aprendizajes, de una verdadera transformación personal que me daría para escribir un libro por lo que no la voy a contar hoy por aquí.
Sólo voy a decir que “no somos conscientes del valor de la vida o lo olvidamos en muchas ocasiones” y voy a seguir con el post.
Esta decisión me ha llevado a estar dos años bastante al margen del deporte. He ido practicándolo siempre que he podido y los médicos me han dejado, pero no me ha dado para poder hacer ningún triatlón en todo este tiempo. Mi última prueba como federada en triatlón fue el Duatlón por equipos mixtos en Albalat, que por cierto fue fantástico.
Este tiempo me ha servido para reafirmar que realmente quiero lo que quiero porque ha sido un tiempo en el que las circunstancias (cancelaciones, negativos, el aborto…), me han hecho reflexionar mucho y cuestionármelo todo.
Ahora estoy en semana 19+2 días y estoy emocionada de ver que todo está yendo muy bien y espero que así siga.
Este fin de semana fue Valencia Triatlón, para mí una prueba de las que nunca fallo pero que llevo dos años disfrutándola desde otro lugar, la barrera.
Aproveché este fin de semana que considero siempre tan especial para comunicar mi embarazo porque fue donde debuté en triatlón en 2011 y lo que vino después también me cambió la vida.
Disfruté muchísimo de poder estar acompañando a mis compañeros en su aventura triatlética del fin de semana un año más y ver como Lidia cerraba su temporada haciendo podium.
Ha sido un fin de semana muy especial, no sólo por estar animando y comunicar la noticia, sino porque he podido sentir todo el amor de la gente a la que se lo he dicho. ¡GRACIAS! el bebé debe estar de lo más contento de saber que me rodeo de gente tan maravillosa.
Os he echado mucho de menos en estos años que he estado más al margen, pero vuelvo a estar a la carga en la medida de lo posible.
Mil GRACIAS a todxs por hacerme tan feliz.
P.D: Enhorabuena a María por su bebé Martín, que tan sólo con dos semanas allí estaban mamando el triatlón y animando también a ISPORT.