Tras el medio maratón del fin de semana pasado y el entrene XXL de 30K de ayer puedo decir que me siento más fuerte que nunca.
Aunque sé que hay gente que me conoce que piensa lo contrario a lo que ahora voy a decir, siempre me he considerado bastante débil a la hora de correr en el aspecto psicológico.
Los pensamientos negativos (como a muchos de nosotros) me han invadido siempre la cabeza durante las pruebas, no una ni dos, si no durante todas.
Es verdad que los he superado en todas las ocasiones aún sintiéndome muy mal, pero eso no me hacía considerarme una persona fuerte mentalmente a la hora de correr, sino débil, donde a la mínima ya estaba con pensamientos negativos: no puedo más, ¿para qué he venido?, lo estoy pasando mal, creo que me voy a retirar, etc.
Seguro que os suenan esos pensamientos.
Pensaréis, es lo normal, sí ¿pero por qué? ¡esto es un hobby, lo hacemos para disfrutar!
¡Esto no debería de ser lo normal para aficionados! (que es lo que yo me considero)
Batallas continuas de conversaciones mentales mientras corres que lo único que hacen es restarte energía.
Y es que no recuerdo ninguna carrera que hubiera hecho en la que hubiera empezado y acabado sin haber tenido ningún pensamiento, ¡ni el más mínimo! negativo, hasta el pasado fin de semana.
La semana del medio maratón de todos los entrenes que me tocaban sólo pude hacer uno y ni siquiera pude hacerlo el día que tocaba. En fin, lo que yo considero, un desastre.
Eso no me iba a hacer fallar a mi cita con el medio maratón, y al verme tan poco preparada para correrlo pensé que iría sin esperar absolutamente nada de él, total, era un entrenamiento, no una competición.
Así que sin esperar nada y habiéndome preparado ya para lo peor que podía ser el no acabarlo, allí fui más relajada que nunca.
Mi decisión fue ir por sensaciones y retirarme si fuera necesario.
Estando allí vi que había unos prácticos para hacerlo en 2:15, así que como referencia decidí engancharme a ellos, los piratas. jejeje.
Fue en el kilómetro 5 cuando mi cuerpo me pedía ir más deprisa y decidí que iba a dejarme llevar.
Apenas miré el reloj para saber el ritmo durante la carrera, porque marcara lo que marcara no me iba a hacer ni aumentarlo ni bajarlo si me sentía bien como iba.
Fue en el kilómetro 18 cuando vi a Sonia y le dije que me sentía genial y me dijo, ¡ya te veo!
Nunca me había sentido tan bien, y a tan sólo 3 km de meta decidí apretarme más.
El cansancio apareció, pero los pensamientos negativos seguían en otro lugar.
Acabé muy feliz, había conseguido hacer la mejor carrera de mi vida en 2:07.
Y digo que fue mi mejor carrera no por la marca personal (porque mi marca personal está por debajo)
¿Por qué fue la mejor carrera de mi vida entonces?
Disfrutar en cada momento de ella, sentir que fluyes y que todos tus pensamientos son positivos, eso es para mí y con diferencia LA MEJOR CARRERA.
Ojalá este sentimiento siempre hubiera sido así en cada prueba que he hecho porque habría disfrutado muchísimo más de todos estos años que llevo compitiendo.
¿Qué pasó ayer en la XXL?
Jamás hubiera pensado que sería capaz de correr 30km y muchísimo menos de correrlos disfrutando.
El percance lo tuve en el kilómetro 29,5 cuando me entró un fuerte dolor de rodilla en la parte de la cintilla y apenas podía caminar a tan sólo 500m de llegar al final del entrenamiento.
¿Y si me pasa esto en el maratón?
No lo voy a negar, me cayó una lágrima del dolor ya no sólo físico si no de la impotencia.
De creer que había estado “chupado”, y que por sólo 500m no había podido acabar con el sentimiento de éxito absoluto.
Tras parar y que me pusieran reflex (gracias) pude seguir trotando suave hasta acabar los 30km que con un ritmo medio de 6:30.
Con un poco de rabia interior por el dolor que seguía teniendo en la rodilla estuve pensando en casa para valorar lo sucedido.
No había sido un éxito 100%, pero tampoco había sido un fracaso.
99% disfrute y 1% sufrimiento es un SOBRESALIENTE.
Éxito absoluto y orgullo máximo. Me siento “a tope de power” 😛
Mi cabeza está al 100%, sé que puedo con cualquier cosa, incluso con el maratón el próximo 20 de noviembre.
Si una lesión no lo impide ese día, estoy segura de que cruzaré esa meta habiendo disfrutado.
No tengo miedo, sólo respeto.
Te entiendo perfectamente, Patri. Y me encanta escuchar eso de "disfruté corriendo". Se acerca la prueba clave y conseguiremos esa medalla tan deseada.
Síííííí!!!!! Lo conseguiremos!
Oleee esa actitud es la que hace que correr valga no la pena sino la alegria. Ese XXL para mi el año pasado fue la clave…bravo Patri.
😉 Gracias